UN SUEÑO DE PONGO
Después de las rotaciones rojas
Cuando tu tiempo haya muerto y
eternidad brille
Tú lamerás mi cuerpo inmundo y yo el
tuyo destronado
Y la luz se extenderá nutriendo a la
luz misma
La lengua será una más el ave en el
aire
Habrá noches blancas y los días en
mis ojos despiertos
Orfebre de mis padecimientos
Has cavado mi piel trigueña con
barrotes de fuego
Mi almita pateada por tu ceño hacia
los abismos
Te preciabas pedernal pero podrido
tu aliento yaces
en la
brevedad de escamas
Y no tendrás más retoño a tus breñas
verdes
Donde tus fieles alimañas hociquean
tus sueños
Y el tiempo construye la morada de
la justicia
Oh miserable tiranillo de mis tormentos.
Cesáreo Martínez
Este poema fue
publicado en la Revista Hueso Húmero Nº 12/13, enero-junio de 1982
No hay comentarios:
Publicar un comentario