lunes, 23 de octubre de 2017

Una anécdota de Quevedo

       UNA ANÉCDOTA DE QUEVEDO
Mariana de Austria
                     Mariana de Austria
Un día, los amigos de Quevedo dijeron que no era capaz de llamar coja a la reina. Quevedo dijo que era capaz además de hacerlo sin enfadarla por lo que sus amigos doblaron apuesta según cuentan: "Mil dineros pusieron sobre la mugrienta mesa y si Quevedo ganaba, recibiría otros mil del Marqués de Calatrava". Finalmente Quevedo acudió a la audiencia real y ante la multitud que allí se encontraba dijo: "Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja"

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